Tomando como antecedentes los artículos anteriores, un pulido efectivo es la garantía entre varios factores para la obtención de productos de gran calidad, moldes con periodos de vida y ciclos de trabajo más largo, disminución de defectos como agrietamientos o fracturas, entre otros.
Por ello, se hace necesario visualizar los problemas que normalmente se presentan en los procesos de pulido y las formas generales con las cuales se pueden prevenir o tratar este tipo de inconvenientes.
En general los problemas en los procesos de pulido vienen precedidos por los usos inadecuados de las herramientas, de técnicas erradas, de procesos erróneos de tratamientos térmicos, entre otros factores.
Los defectos más comunes son la llamada piel de naranja y las picaduras, las cuales tienen diferentes naturalezas, pero se pueden tratar con las mismas técnicas.
Hay que tener en cuenta que la evaluación o juicio de un buen acabado, depende en gran medida de la superficie que deseemos lograr, las condiciones finales e incluso el trabajo que realizará el sustrato pulido.
El sobrepulido es la causa principal de los defectos más comunes en la actividad de pulido. Este trae consigo los fenómenos de piel de naranja y picaduras. El sobrepulido se da cuando al tratar de borrar o corregir un defecto particular, continuamos puliendo e incrementado la presión ejercida sobre el sustrato. Así, la apariencia empeora a medida que se continúa puliendo.
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La piel de naranja o superficie descascarada es un defecto que muestra una superficie rugosa e irregular. Se da por la combinación de inadecuados tratamientos térmicos que generan excesos de carburos en la superficie y por la alta presión generada por un pulido excesivo. El sobrepulido se puede presentar en varias etapas de esta actividad, generando zonas heterogéneas en la superficie del molde.
En el caso de las picaduras, se dan por el desprendimiento e inclusión de partículas no metálicas en forma de óxidos en el proceso de pulido. Este tipo de defecto viene precedido de la selección del material para el molde, del tipo de herramienta de pulir y el abrasivo.
Para evitar estos defectos es necesario usar aceros de alta calidad y de alta pureza. Materiales más duros para soportar las presiones generadas, tal como los aceros fabricados por electro refinado de escoria (ESR), para el caso de las picaduras. También evitar los grandes periodos de pulido y las altas presiones, esto para el caso de los dos defectos anteriormente descritos.
Para corregir los defectos mencionados lo mejor es realizar un rectificado con los mismos parámetros anteriores al iniciar el pulido. Esto con el fin de eliminar el defecto superficial. Realizar un revenido a menor temperatura que la anterior al defecto para lograr un correcto rectificado y, si es necesario, para darle mayor dureza antes del pulido final, realizar un nitrurado o nitrocarburado. Así, se logra evitar el defecto de la piel de naranja.
En las picaduras, el proceso es muy similar. Antes del proceso de rectificado final se debe mecanizar la parte con las indicaciones con una muela suave, luego el rectificado y el pulido posterior.
Siempre recordar que la selección de materiales idóneos para nuestros moldes y de las técnicas de pulido y herramientas adecuadas, evitará sustancialmente la aparición de estos defectos y por ende los tiempos de re-procesos.
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