El Iceberg de los costos nos invita a analizar con mayor profundidad las implicaciones de usar productos de mala calidad.
Esta metáfora se ha utilizado porque para muchas empresas los costos de mantenimiento e imprevistos no son de gran importancia, según ellos un accidente no producirá un gran gasto o pérdida; sin embargo, al igual que un iceberg, solo analizan las pequeñísimas partes que emergen sobre la superficie del agua, ignorando lo que se encuentra sumergido, lo cual es prácticamente todo. Para poder apreciarlo en su totalidad, debemos observar implicaciones más profundas.
El mismo fenómeno aplica para los accidentes durante procesos productivos, pues las empresas solo costean las reparaciones para reiniciar procesos, es decir, la punta del iceberg. Es importante considerar, en estos casos, el daño ocasionado en equipos, máquinas, productos, lucro cesante e, incluso, la pérdida de clientes y vidas humanas.
Los costos para la empresa al enfrentar problemas de calidad y/o bajos niveles de desempeño son: pérdida de producción, pérdida por daños en materias primas, herramientas y equipos, disminución de la calidad del producto, demoras o retrasos en la producción, ausentismo, refuerzos y entrenamiento del personal, aumento de costos por mantenimientos correctivos, aplicación de pólizas de cumplimiento, demandas judiciales, etc.
La solución convencional solo mira los daños superficiales (lo que se logra ver) y busca repararlos centrando la atención en elementos evidentes. Pero cuando consideramos la solución con materiales de alto desempeño, podemos obtener una mejor economía global, es decir, mayor seguridad en la producción, mayor disponibilidad, menores costos de mantenimiento, menores costos en piezas de repuesto y mayor vida útil de las máquinas.
En un herramental se deben tener en cuenta múltiples factores para minimizar accidentes durante un proceso productivo. Por ejemplo, en el diseño del utillaje es necesario considerar tamaños, radios, espesor y complejidad de la pieza; así como características de los materiales tales como la cantidad, tamaño y dureza de los carburos, tenacidad y/o ductilidad, y templabilidad.
Ante un tratamiento térmico debemos calcular precalentamientos, temperatura y tiempo de austenización, medios de enfriamiento, temperatura y tiempo de revenido, tratamiento sub cero y tratamiento de superficies.
Es de vital importancia realizar un análisis completo del material de trabajo, su calidad, dureza, partículas duras, ductilidad, espesor, recubrimientos, etc.; y de las condiciones de producción, teniendo en cuenta la tolerancia del utillaje, lubricación, alineación, estabilidad de la máquina y velocidad de la prensa.
Lo anterior debe considerarse para aplicaciones en todo tipo de industria donde los lucros cesantes son altamente costosos.
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