Económica

90 días desde el 1er diagnosticado con COVID-19 y un futuro inmejorable para nuestras empresas.

por: Instituto Asteco

«Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol»

Gabriel García Márquez

El inicio de la pandemia trajo consigo incertidumbre y miedo. Para nuestro país, la situación económica y las premoniciones técnicas no eran alentadoras. Institutos como el Imperial College de Londres pronosticaba para Colombia en los primeros 100 días de pandemia 31.6 millones de personas contagiadas y más de 317.000 muertes. Esto, sumado a la emergencia hospitalaria que generaría casi 1.3 millones de personas que estarían en las unidades de cuidados intensivos. No es que la situación no sea preocupante, pero gracias a medidas drásticas de confinamiento los datos reales han sido muy inferiores a los entregados por diferentes instituciones. Con 45.212 infectados y 1.488 muertes (al 11 de junio), se ha logrado contener lo que pudo ser una tragedia social. Sin embargo, ha generado un desbalance y un escenario crítico y preocupante en el sector económico.

El impacto económico no tiene  precedentes. Colombia se encamina a la peor contracción económica de toda su historia. El PIB del primer semestre creció solo un 0.4% y se espera que el del segundo semestre sea inferior. El Banco Central estima un decrecimiento entre -2 y -7.5%, mientras que el pronóstico de Latin American Consensus Forecast es de -3.1% para este año.

Esto presenta un escenario crítico a nivel económico en el país para el año actual y principios del próximo. El desempleo va en alza. Para finales del 2020, se estima una tasa de desempleo entre el 15% y el 17%. Suponiendo una breve recuperación por las medidas que debe adoptar el gobierno y el sector empresarial, ya que al terminar abril, el porcentaje de desempleo estaba en 19.8%.

Es obvio que en términos de conservación de vida, Colombia tiene mejores números que las grandes economías de la región, incluyendo los Estados Unidos. Y bajo el supuesto del decaimiento de la curva de contagio, podemos ingresar a una etapa esperanzadora. Pero también las medidas que nos tienen con estos números positivos han generado efectos colaterales en la economía. Un evidente deterioro de la clase media, que en consecuencia incrementa el índice de pobreza y reduce los estándares de calidad de vida. Esto, entre otras cosas, ha sido una de las grandes consecuencias del aislamiento obligatorio decretado por el gobierno.

Se hace imperativa la reactivación económica.

Esto, conjugando las actividades industriales con los procedimientos de bioseguridad necesarios. Así, se evita el mayor grado posible la afectación a la salud de todos los ciudadanos. La educación, la pedagogía, la preservación, la cultura, la autoprotección, deben convertirse en actos orgánicos que nos permitan el avance económico y el bienestar en todos los sentidos.

Pero esta inercia de protección y producción no se genera sin la ayuda necesaria de una correcta estrategia y buena gerencia pública. Implementar y fortalecer el aislamiento inteligente, es una tarea tanto de los ciudadanos de a pie como de los gobernantes, líderes económicos y sociales, gerentes de grandes y pequeñas compañías. Ellos son quienes crean el ecosistema, las dinámicas y el orden necesario para que a través de procedimientos efectivos, se garantice la reactivación económica, la inclusión, el bienestar social y económico y la salud. 

Es momento de que los gobernantes demuestren su visión periférica. El envolvimiento de todos los parámetros que conforman el bienestar social y que no son solo un problema de salud o de subsistencia. Son también problemas de calidad, de sostenimiento económico, de generación y de innovación. Algo que demuestra el talante de un dirigente o institución es que incluso en los momentos menos boyantes y más duros, tienen la capacidad de generar cambios positivos, de transformar en la situación y a la situación.

También te puede interesar: COVID-19: una oportunidad de reinventarnos.

Esto nos ha llevado como empresa a plantearnos nuevas maneras de seguir encaminados en nuestra misión y visión. Fortaleciendo los valores institucionales y creando nuevos procedimientos de interacción y asistencia a los clientes.

Hemos fortalecido la presencia del Instituto Asteco como mecanismo de capacitación y acercamiento. Desde que inició la pandemia hemos realizado por medio de la virtualidad alrededor de 32 capacitaciones en vivo, abiertas y a empresas puntuales, con una asistencia de 921 capacitados en más de 25 horas en las que hemos compartido y recibido constante conocimiento. 

Adicional a esta labor y con la intención de fortalecer la asistencia técnica, prontamente lanzaremos una herramienta llamada «SINAPPTEC». Será nuestra plataforma de asistencia remota, que complementará y potencializará la labor del grupo de asesores técnicos.

Esta herramienta permitirá que de una forma segura y eficiente, podamos brindar asesorías especializadas, incluso con la interacción personal del cliente con problemas o dificultades de producción. Esto ofrecerá la facilidad de consenso con todos los entes que intervengan en las diferentes situaciones que se presenten. Así se salvaguarda la seguridad y se mantenie la sostenibilidad económica.  

Nuestro interés como empresa, es que todos como comunidad industrial, salgamos junto al sol en esta tormenta.

Gracias por permitirnos seguir innovando y generando valor junto a nuestro más valioso activo: la confianza de nuestros clientes. Generar  empleos, lograr crecimiento y valor agregado es nuestra  mayor responsabilidad social empresarial.

Para conocer más información y estar actualizado en estos temas, te recomendamos visitar nuestra sección de noticias y seguirnos en nuestra Fan Page.

 

 

1 Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Contáctenos

Carrera 54 No. 35-12 - Medellín-Colombia

(054) 444-0122

[email protected]

Ir a Top