Venimos viendo como tendencia el aumento en los precios internacionales para los metales, ferrosos y no ferrosos. Muy contrario a la corrección de precios que esperábamos para el 2do semestre de este año y que lo habíamos expuesto en el artículo La industria global del metal: una perspectiva positiva en este 2021 – Instituto Asteco , diversos factores han logrado que la tendencia continúe al alza.
Desde hace algunas décadas, China viene siendo el termómetro principal de la especulación y la actividad económica en torno al acero. Al ser el mayor productor y consumidor del mismo, sus variantes provocan necesariamente cambios en la dinámica mundial. Debido a la pandemia, China redujo su fabricación, pero a su vez, continuó aumentando la demanda interna. Esto generó un aumento en los precios que por la poca elasticidad de la oferta se encontraba contraída por temor a una gran depresión mundial en el primer semestre del 2020.
Sumado a esto, la pandemia ha evidenciado otros factores que han afectado los precios de los metales, uno de ellos como ya lo hemos dicho, fue la reducción de su producción.
Luego nos encontramos con los problemas ambientales: la necesidad de la reducción de la huella de carbón ocasionada por las siderurgias, que a su vez viene encaminada en el uso de nuevas tecnologías (inversión), ha generado la necesidad de llevar este precio al consumidor final.
También, está el tema del aumento de las materias primas. Tanto del mineral de hierro como de la chatarra, lo que ha ocasionado el aumento del precio a pesar de la opinión de algunos expertos que esperaban su corrección a la baja de los precios en la industria del acero.
Está claro que las repercusiones no son solo en el precio, la poca oferta también genera problemas de logística, volatilidad y falta de constancia de los precios. Hoy en día, hay solicitudes que están siendo programadas para entrega a mediados del próximo año (2022), estos problemas de abastecimiento generan mayores repercusiones en países como el nuestro, donde no solo la industria siderúrgica no puede abarcar todo el rango de necesidad y especialidad, sino que además, nos vemos afectados por el precio de la moneda local con respecto a la divisa con que se negocia, que en general es el dólar.
¿Entonces qué debemos hacer como industria local altamente afectada por estos fenómenos?
Lo primero, es una mayor y más estrecha interacción entre clientes y proveedores. Con la ampliación de la visión de los procesos por parte de los usuarios finales, podríamos generar estrategias que en corto o mediano plazo nos permita actuar y mantener la disponibilidad productiva; haciendo que el costo unitario por unidad producida se mantenga a través del uso de metales con mayores especificaciones técnicas, que podrían aumentar su desempeño hasta en 21 veces el acero convencional.
Este aumento en la comunicación cliente-proveedor, nos permitiría proyectar los niveles de re-orden y mejorar nuestros tiempos de entrega, al igual que implementar los avances tecnológicos y los casos de éxito en nuestras industrias de interés, logrando que en conjunto seamos cada día más competitivos internacionalmente.
Siendo optimistas, los precios podrían tener una reducción para finales del año 2022, pero en base a expertos en el tema, estos ya no alcanzaran valores cercanos o inferiores a los precios pre pandemia.
Entonces, ¿qué se puede hacer para que nuestros presupuestos de mantenimiento e inversión en nuevos utillajes sea económico? Solo nos queda mirar la alternativa de materiales con mejor desempeño, para que logremos mayores volúmenes de producción obteniendo mejores costos unitarios de producción.
El futuro está en la productividad, calidad, confiabilidad y la estabilidad del proceso.
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