La fricción es uno de los tipos de desgaste que afecta a los materiales y genera, eventualmente, el deterioro de las piezas
Para comprender en qué consiste el desgaste por adhesión o desgaste por fricción, es necesario tener en cuenta un principio fundamental: aún la superficie más lisa tiene algún grado de rugosidad.
Si se somete la superficie a una observación minuciosa mediante el microscopio, se descubrirá que la superficie es irregular. A simple vista puede parecer que las superficies en contacto se tocan de manera uniforme, sin embargo, en realidad cada una tiene picos o puntos más altos que son los que generan las zonas de contacto.
Cuando las superficies se deslizan entre sí, se genera calor en las áreas de contacto, produciendo una oxidación superficial y microsoldaduras. También es posible que un grano se desprenda y ocasione un rayón. Un daño más grave podría producirse si se desprende material de una de las dos superficies.
Crear un modelo de desgaste que permita predecir el desgaste de las superficies, requiere evaluar las zonas de contacto real. Para ello, el instrumento recomendado es el rugosímetro, el cual mide la irregularidad de la superficie.
Existen diferentes tipos de irregularidades superficiales
Deformación elástica: en este caso el daño solo se genera por la fatiga causada por la fricción. No aparecen esfuerzos que excedan el límite de fluencia o cedencia del material.
Deformación plástica: esta aparece cuando sobre las dos superficies en contacto se aplica una fuerza y esta supera el límite elástico del material. De esta manera se genera la deformación.
Microcorte: aparece cuando la fuerza de contacto en la deformación es tan alta que interfiere en el flujo del material deformado. La temperatura y la velocidad inciden en este tipo de irregularidad.
Perturbación de la adhesión: aquí los esfuerzos de contacto aumentan y aparecen deformaciones con los procesos de fatiga.
Ruptura cohesional: se genera cuando la fricción es mayor que la resistencia del material y ocasiona rasgaduras a determinadas profundidades.
Reducir la fricción para evitar o retrasar el desgaste de la pieza es posible de diferentes maneras. Se pueden usar materiales de bajo corte para proteger las superficies. Mejorar la lubricación entre las superficies. Aplicar revestimientos resistentes, o reemplazar el tipo de fricción de deslizamiento a rodamiento, usando elementos rodantes.
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