La industria del plástico está sufriendo un cambio que en la lógica se hace necesario, pero en lo económico e industrial puede generar ruido, debido a su disrupción en el plano local, aunque ya desde hace tiempo tengamos ejemplos de compañías que se adelantaron a la implementación de la reducción de los plásticos de un solo uso.

Solo Colombia está produciendo más de 1 millón de toneladas de plástico anual entre todos sus derivados (PVC, PP, PE, etc), lo que nos pone en el ojo del conflicto ambiental que se presenta actualmente en la industria y la dicotomía de cómo cambiar, transformar y reemplazar la dinámica económica que se ha creado alrededor del mundo del plástico como lo tenemos actualmente.

A pesar de que su invención de remonta al siglo XIX, fue casi hasta la década de los 70’s que tomó la relevancia en la cotidianidad y en la industria que tiene en la actualidad. Reemplazó drásticamente el uso del vidrio en recipientes y demás, también el uso de metales en algunas aplicaciones y otros usos de muchos más materiales, que conllevaban un tratamiento posterior a su uso y convirtió a mucho de estos elementos en productos desechables, de un solo uso, que en muchas ocasiones su utilización se limita a unos cuantos minutos, como por ejemplo los pitillos y de esta manera adquirió una importancia trascendental en la economía, pero también un problema en su proceso de decantación.

Pero el cambio es indetenible, solo en Colombia, por poner un ejemplo, desde el 2025 se debe sustituir todos los plásticos de un solo uso, muy seguramente queden algunas excepciones como los guantes quirúrgicos, pero el resto, deben ser sustituidos por otro tipo de material, que no generen la cantidad de residuos que generan los plásticos convencionales, que sean biodegradables o que se puedan volver a utilizar en más de una ocasión.

El uso de fibra de bambú está siendo muy popular, en la manufactura de desechables para cocina, o envolturas de alimentos, bolsas y demás. También una cantidad más de materiales orgánicos o de fibra vegetal que tiene un tiempo de vida mucho más corto que cualquier material de cadena de polímeros sintéticos.

Empresas como Henkel, que hace parte de nuestras líneas aliadas, ha iniciado a generar recipientes para sus productos a base de caña de azúcar. Algunos de nuestros clientes están usando aditivos para sus productos plásticos, que aceleran hasta 5 veces su degradación, acelerando su vida residual.

Este es solo uno de las tantas acciones y actividades que está realizando la industria local e internacional para mitigar nuestro impacto en el medio ambiente. También somos conscientes del ruido que medidas como las que se deben implementar en pro de la sostenibilidad ambiental, pueden generar en la industria general, en la economía y en el movimiento social, pero también visualizamos la necesidad del cambio, de la armonía con nuestro entorno, de la preservación de nuestro futuro y el de las nuevas generaciones.

Como empresa estamos comprometidos a seguir innovando y buscando la manera de ir a la vanguardia de las necesidades industriales y ambientales. Apoyando a través de la innovación y la auto transformación a nuestros clientes en sus propias transiciones en pro de la conservación.  

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