La industria metalmecánica tiene un peso más que importante en la industria local, siendo Colombia uno de los países, junto con México, Brasil y Argentina, con mayor movimiento y dependencia económica de este tipo de actividades, se ha convertido en el generador de Pymes y de alta industria, que ha desafiado las adversidades que se han presentado en los tiempos actuales.
La pandemia fue uno de los primeros grandes retos actuales, diezmó muchos de los emprendimientos y a muchas empresas posicionadas y obligo a modificar varios de los procesos y procedimientos con los que se constituían muchos de los productos, finales y también los que integraban otros puntos de la cadena productiva.
Luego vinieron los retos en cuanto a la cadena de abastecimiento y a la escases de materia prima, primordial en los procesos productivos. Esto generó un punto de inflexión, porque a pesar de la importancia de la industria metalmecánica en la economía local, seguíamos siendo muy conservadores y la industria de la importación de tecnología y de maquinaría, continuaba opacando las actividades metalmecánicas de la región. Fenómeno que se vio afectado por los movimientos económicos y sociales internacionales, que han obligado a la industria a enfocarse en los procesos locales y han generado en estos, los desafíos de la competencia internacional, al convertirnos en la base para la sostenibilidad de la industria y la economía en general.
Aún podemos decir que a pesar de los esfuerzos y el empoderamiento de la industria metalmecánica local, la economía aún no se ha estabilizado. El inicio del año actual ha visto una reducción en el tema de fabricación de acero, por solo poner un ejemplo, con respecto al año 2022. Los pronósticos, es que este panorama cambie para el segundo semestre del 2023 y que productos como aceros en crudo y laminados, vuelvan a estar cercanas a las ratas de producción vistas en el 2022.
Un fenómeno que ha generado un cambio necesario en la producción y uso de materiales en los procesos productivos es la descarbonización y la economía circular, que busca aumentar la conciencia del impacto de la industrial del metal y metalmecánica en general, esto ha generado que cada día más empresas se enfoquen en la forma en que generan sus productos y no solo en el producto final. Implementación de métodos de ahorro energético, variación de materias primas, uso de energías renovables son apenas algunos de los esfuerzos que ha estado haciendo la industria actual.
Luego están las llamadas o mal llamadas subindustrias de la metalmecánicas, que son aquellas actividades que intentan generar un cambio disruptivo en la manufactura y en los sistemas de control de los procesos metalmecánicos. Por solo hablar de algunos, tenemos la manufactura aditiva, que ha tomado mucha fuerza en los últimos años y que aventura por medio de la investigación, la innovación y la inversión, sumado a la integración del empresariado y la comunidad educativa, el desarrollo activo de tecnología y el cambio total en la cadena productiva, disminuyendo tiempo de ejecución, aumentando el ahorro de materiales y dando estándares de calidad altísimos.
La manufactura aditiva, la automatización industrial, la conciencia ambiental y muchos otros fenómenos, es el presente y el futuro de la industria y los procesos metalmecánicos y como empresa vinculada al sector productivo, estamos prestos y en disposición de integrarnos a la sinergia que la economía nos pide.
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