Los procesos de aplicación de materiales, sea por el método que sea, son procesos sinérgicos, todas las variables tanto eléctricas, como el entorno, la disposición, el trabajo y demás, influyen en la eficacia y la calidad de la actividad realizada.

Los procesos de termorociado son una de estas formas de aplicación de material, en donde el contexto operacional determina, no solo el material y la técnica de la aplicación, sino, además, la efectividad de los mismos.

El contexto operacional se refiere al análisis de las condiciones de servicio, los riegos asociados, el entorno y a todo parámetro que influya en el correcto trabajo de un elemento de máquina, contextualizando. En este análisis nos encontramos con la temperatura de trabajo, la temperatura ambiental, el o los fenómenos de desgaste actuantes, el diseño del elemento, la accesibilidad al mismo, los requisitos de adherencia, los esfuerzos mecánicos que puedan actuar sobre el elemento y demás.

El correcto análisis del contexto operacional viene siendo el factor más importante en cuanto a eficiencia de un proceso. Lo que se busca es integrar conceptos de ingeniería de materiales, mecánica, hasta química con la ingeniería operacional, con el que podamos determinar, con base en el trabajo del elemento de máquina, en las propiedades que le quiero atribuir, en la facilidad o no de preparación superficial, en la disposición de los materiales a ser recubiertos y de esta manera, seleccionar adecuadamente el material a proyectar y el método para realizarlo.

Los procesos de termorociado, en especial aquellos que su adherencia depende de un “entrabamiento” mecánico, son muy susceptibles a todos estos fenómenos y a todas las variables que se deben de tener muy bien controlados en el momento de selección y aplicación del recubrimiento.

Si la pieza tiene cargas puntuales, sometimiento a golpes (martillos, punzones, etc), rodamiento de distribución de cargas puntuales. Si lo que buscamos es reconstruir o proteger, incluso mejorar condiciones superficiales de piezas nuevas.

Si la aplicación busca proteger contra la corrosión, o es una barrera térmica como un cerámico. Si busco proteger contra particulados, o contra fenómenos friccionales, si lo que busco es evitar el apelmazamiento o proteger disminuyendo pesos de las piezas, todos estos datos, hacen parte del contexto operacional, ya que los más seguro es que un recubrimiento cerámico que me sirva de barrera térmica, no me resista alguna clase de impacto y no sea lo mejor para proteger contra fenómenos de desgaste por particulados.

En Asteco estamos prestos a asesorarte y a construir juntos proyectos que permitan aumentar la vida de nuestros materiales por medio de los procesos de termorociado o proyección térmica.